domingo, 27 de julio de 2008

El chico 10 (5ta parte)

Al principio estaba tan agarrado a mí y tan profundamente dormido que yo no sabía cómo hacer para ir al baño. Intentaba correr sus miembros de a poco sin despertarlo, pero me era muy difícil. Al final pude hacerlo. Fue volver a la cama y volver a abrazarlo. Algo creo que habré dormido. Ya de día, no sé si eran las siete y media u ocho, lo desperté con mis caricias, y él reaccionó. Y volvió a darme placer. Yo intenté excitarlo chupándole la pija, pero me era difícil. Al final yo acabé otra vez, y él también, pero masturbándose él mismo.

Es el único punto que me frustró un poco, no haber sabido cómo darle más placer. Pero él no parecía molesto por ese detalle. Ya siendo de día pude mirar sus ojos claramente. ¡Y son azules! Justo que te había contado de mi debilidad por ese color. Y sin sus anteojos, ¡qué linda mirada! Y otro detalle, un culo hermoso, blanquito. Un cuerpo tan proporcionado.

A esa altura yo ya no sabía si estaba en la realidad o en los sueños. Sabía que pronto se tendría que ir de mi cama y de mi casa. Le dije que fue el mejor de los hombres que tuve, que era alguien especial, y me tuve que morder la lengua para no decirle "Ich liebe dich", siempre por ese miedo a quedar expuesto o a espantarlo con una frase así luego de la primera noche juntos. Es que es eso. No sé si es su erotismo innato, o qué, pero yo sentí que esto fue mucho más que sexo. Que si disfruté tanto y tan intensamente es porque sentí que era un muy buen tipo.

Pero las dudas y la realidad me llaman siempre a poner los pies sobre la tierra, sobre todo para evitar sufrir, para no agregar cosas de mi imaginación a lo que realmente pasa. Un detalle práctico es que él vive en Leipzig, así que yo pensé que cualquier relación seria ya sería de entrada complicada.

Lo otro que pensé es "OK, Heiko es un ser extraordinario, de un erotismo que jamás sentí, pero muy probablemente así es él, y así es con todos sus amantes, y quizás tenga muchos, y yo no soy más que otro en su larga lista, quizás para él no fue algo tan especial como yo lo sentí desde mi lado". Sigo pensando en eso para no darme tanta manija. Una posibilidad sería preguntarle a Fréd, que ahora lo conoce como amigo, si tiene muchas relaciones, sacarle información, pero no me parece muy leal.

La cuestión es que se tuvo que ir finalmente de mi departamento. Me preguntó si yo tenía un teléfono donde pudiera ubicarme, aunque al final yo tomé su celular. Me preguntó cuáles eran mis planes para ese sábado que recién empezaba. Y le dije que quizás iba a un lago, y que a las 8 tenía una fiesta de cumpleaños, pero que pensaba estar libre antes de medianoche. Entonces quedamos en comunicarnos para encontrarnos luego...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero ese chico era un 11, querido Maestru...¿cómo no ibas a engancharte con él? Claro que falta el momento de la frustración o la desesperanza (no digo de la desilusión, porque de la ilusión te cuidaste bastante...quién pudiera) , que se viene anunciando desde el comienzo. Ahora, a esperar la noche del sábado (¿con qué matizarás la espera?). ¡Beso!

Maestruli dijo...

¡Ay no Crimson! ¡La boca se te haga a un lado! Que el chico 11 me hizo sufrir como nadie me hizo sufrir en esta vida. Con ése sí que me había ilusionado. Quizás algún día cuente esa historia, pero necesitaría 50 partes, al menos.

pixie5th dijo...

para mí que tenés alma de descuartizador...
qué peligro!
porque con tanto sufrir parece q juntas potencial
;)
chiste

Maestruli dijo...

¿Lo decís por las partes Pixie? Sí, me encanta desmenuzar las cosas...

Y al menos tanto sufrir hace que uno pueda inspirarse, ¿no?

Beya dijo...

Alguien me dijo una vez: "Todo depende de las expectativas". Y es tal cual. Lo mejor es no ilusionarse por demás, para que la vida te sorprenda.

Bueno, ¿yyyyy???

Maestruli dijo...

Hola Beya! Recién ahora leo este comentario tuyo. Sí, qué sé yo. Al final ya sea muy buenas o muy malas las expectativas, uno siempre tiene que andar guardándose de decir cosas como "te amo", ya sea porque el otro se nos pega irremediablemente o porque huye a toda velocidad.