jueves, 7 de agosto de 2008

El chico 10 (7ma y última parte)


...Y todo volvió a ser tan maravilloso como la noche anterior. Fue más corto, porque Heiko me dijo que quería dormir ya que al día siguiente tenían que volver a laburar. Y aunque no acabáramos ninguno de los dos, nos dormimos igual. Muy abrazados otra vez. Y yo dormí mejor, algunas horas. A la mañana temprano recomenzamos las caricias. Otra vez sentí un placer infinito. Traté de excitarlo de varias maneras, chupándole el pito también, pero no hubo caso. Él bromeaba: "es que todavía no se despertó". Yo le dije que no había problema si él no los tenía. Todo lo otro compensaba. Fue él finalmente que me hizo una fellatio tan delicada, tan sensual, y que me mantuvo ahí al vilo de eyacular durante tanto tiempo, que cuando finalmente lo hice fue hermoso. Me limpió con servilletas, nos volvimos a abrazar, y seguimos durmiendo un rato más, hasta las 10 casi.

...

Cuando se tuvo que ir, otra vez estuve a punto de decirle que lo amaba, pero nuevamente me contuve. Le pregunté si venía la semana que viene a Dresden. Me dijo que sí, para seguir ayudándolo a Fréd con ese departamento a remodelar. Le dije que si él quería me podía llamar, y me contestó que sí. Pero quizás yo esperaba algo más, que me pidiera un mail, o no sé qué. Me pareció sentir que pensaba "OK, esto es algo de fin de semana, y punto". Por supuesto aquí el idioma complica muchísimo las cosas, temía decir cualquier frase que me deschavara, o que sonara a que estaba desesperado por él. Igual llegué a decirle que me pareció un tipo muy muy bueno, muy especial, y que esperaba volver a verlo.

Tanto el sábado a la mañana, como el domingo a la mañana, luego de irse de mi casa, yo quedé en un estado de ensueño total, imposible de retornar a la realidad de ordenar el departamento, de prepararme el desayuno (las dos veces le ofrecí desayunar pero me dijo que Frédéric ya lo estaría esperando). Las dos mañanas me duché muy lentamente, como siguiendo el ritmo que Heiko me impuso, como una ceremonia oriental. Y una felicidad y paz interior muy grandes, otra dimensión, difícil de explicar.

Ese domingo ya sabía que no nos encontraríamos, que él se volvía a Leipzig en algún momento, y que antes tendría que trabajar. Pensé todo el día en enviarle un mensaje de texto hacia la tarde para desearle un buen retorno. Aunque me fui a caminar con la señora Bloom (pudimos dialogar luego de mucho tiempo), y después me colgué llamando a mi familia y hablando con Vigo por teléfono.

Y justo mientras hablo con Vigo, a las once y cuarto de la noche recibo un mensaje en mi celular. Y al rato otro. Miro, ¡y eran ambos de Heiko! Después que colgué con Vigo los leí. Me decía que había llegado bien a Leipzig, me agradecía nuevamente las "schönen Stunden" (lindas horas) pasadas conmigo, que me esperaba ver el sábado próximo, y me saluda con un "lieb gegrüsst" (lieb es amor o amoroso, pero mi alemán es tan malo, que no sé bien si ese es un saludo estándar o si quizo decirme algo más). Le contesté diciéndole lo mismo: que tuve un fin de semana fantástico con él, y que esperaba verlo el sábado próximo.

Todo parece señalar que él también la pasó muy bien conmigo, eso sin duda. El tema es ver hasta dónde. ¡Qué difícil! ¿Cómo no hacerme una película otra vez? Ya sé, ya sé, tengo que ser paciente y esperar, ver qué pasa el fin de semana que viene. No esperar más de la vida que lo que la vida me está dando. Aunque esto no vaya más allá, las horas que compartí con Heiko no tienen parangón con algo que haya conocido antes. Y eso sólo basta. Quizás este es mi mayor temor: fue tan buena la historia que ahora ya sé lo que estoy buscando en una pareja, y sé que eso será muy difícil de encontrar.

En fin, ahí estoy: en las nubes, con miedo a caerme otra vez, como Ícaro.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿¿¿Cómo "última parte"??? ¿Vas a dejar el final abierto? Epílogo YA. ¡Beso!

Maestruli dijo...

Jajaja Crimson!

Y sí, ese fue el final de un fin de semana muy intenso. Tengo que ponerme a escribir un epílogo. Aunque si voy en demasiados detalles necesitaría varias partes y debería hablar de otras historias encadenadas...

Beya dijo...

Iba a escribir exactamente lo mismo que Crimson. Maestruli, no podéssssss. Escribí un epílogo breve, querés.

Maestruli dijo...

Ok Beya, chicas, no desesperéis, ya escribiré el epílogo, denme un tiempito, jeje.

Orla Publicidad dijo...

no se me caiga maestruli como Icaro, sino como el Ave Fenix!
Todo puede suceder...

Maestruli dijo...

Jajaja Claudia! Casi casi me leés la mente, que por algunos lugares mi nickname es como el del ave que renace de sus cenizas...