lunes, 13 de octubre de 2008

Así me siento

(Fragmento de "Fragmentos de un discurso amoroso", de Roland Barthes, traducción de Eduardo Molina.)


"Espero una llegada, una reciprocidad, un signo prometido. Puede ser fútil o enormemente patético. Todo es solemne: no tengo sentido de las proporciones.

Hay una escenografía de la espera: la organizo, la manipulo, destaco un trozo de tiempo en que voy a imitar la pérdida del objeto amado y provocar todos los afectos de un pequeño duelo, lo cual se representa, por lo tanto, como una pieza del teatro.

La espera es un encantamiento: recibí la orden de no moverme. La espera de una llamada telefónica se teje así de interdicciones minúsculas, al infinito, hasta lo inconfesable: me privo de salir de la pieza, de ir al lavabo, de hablar por teléfono incluso; sufro si me telefonean; me enloquece pensar que a tal hora cercana será necesario que yo salga, arriesgándome así a perder el llamado. Todas estas diversiones que me solicitan serían momentos perdidos para la espera, impurezas de la angustia. Puesto que la angustia de la espera, en su pureza, quiere que yo me quede sentado en un sillón al alcance del teléfono, sin hacer nada.

El ser que espero no es real. El otro viene allí donde yo lo espero, allí donde yo lo he creado ya. Y si no viene lo alucino: la espera es un delirio."



(gracias Crimson por hacerme descubrir esto, así me siento hoy)

9 comentarios:

Beya dijo...

Girondo diría que es "peor la desesperanza de no esperar ya nada..."

Maestruli dijo...

Mmm Beya, difícil elección, entre no esperar nada o esperar lo imposible. No sé con cuál me quedo, es como ir de Guatemala a Guatepeor.

Beya dijo...

Supongo que la idea es mantener la ilusión, pero sin nombre y apellido.

No es mi caso, aclaro.

Maestruli dijo...

Y sí, al final uno siempre se enamora del amor, no de nombres y apellidos.

Anónimo dijo...

Que el espectro de Monsieur Roland ilumine nuestras esperas, Maestru. Claro que en París su fantasma debe estar más cerca. ¡Beso!

Maestruli dijo...

Mmm Crimson, me hacés despertar mi costado necrófilo (¿o necrofílico?). Voy a ver si averiguo donde está enterrado Barthes y le pego una visita. Pobre, con esa muerte tan tonta que tuvo.

Anónimo dijo...

Maestruli... me siento medio desconectada...pero ya que me vaas a traer una fotito de la tumbra de Monsieru Roland (no?), podrías contarme cómo murió?? Me aterran las muertes tontas!
Besos desde aquí
Loulou

Maestruli dijo...

¡Hola mi querida Loulou! Te extrañaba por estos lares. M. Barthes ya era algo viejito cuando cruzó la calle distraído y una camioneta lo atropelló. Pobrecito, que descanse en paz.

Anónimo dijo...

Ay Ale! que horror (diría mi señora gorda)siempre pensé que me iba a morir de alguna manera muy tonta... y de otras que ya te contaré personalmente...
May he -let us- rest in peace, then!
Besotes...