miércoles, 18 de agosto de 2010

Sueño lejano


... te encontraba por la Ciudad Universitaria de París, y me decías que estabas parando temporariamente allí y que venías a visitarme (la Ciudad Universitaria está compuesta de varias casas de cada país).

Vos vivías en una casa que parecía normal, no era de ningún país en particular. Y a mí me parecía raro porque no conocía esa casa, luego de dos años que vivo aquí. Vos estabas muy contento, y me decías que estabas enamorado. Yo me ponía contento también, pero me mostrabas tu amor y resulta que lo tenías en una cajita, como en un estuche de anteojos, y era una cosa muy rara: un animal de unos 10 cm, mezcla de fruto de mar e insecto. Tenía un cuerpito muy chico, como de pulga, y muchísimas patas coloradas, como de langosta de mar. A mí me parecía raro todo eso, pero no descabellado dentro del sueño.

Todavía falta lo peor. Vos me encomendabas que cuidara a tu bicho-amor. Yo entonces lo dejaba al costado de mi lavatorio (que era exactamente el de mi casa de Bs. As.). Y el bicho se caía dentro del agujero. Yo me desesperaba e intentaba salvarlo, y resulta que sacándolo con algo (como un cubierto) lo rescataba, pero el bicho perdió muchas de sus patas. Y el bicho se volvía a caer, y cada vez lo rescataba pero con menos patas. Al final le quedaba solo el cuerpito de pulga y se desangraba.

Yo corría desesperado a avisarte, y con miedo te decía lo que estaba pasando. Vos volvías rápido a ver que pasó y cuando viste que tu bicho-amor estaba agonizante, no podías verlo sufrir más y abrías la canilla. Lo que quedaba con todas las patas sueltas se iba por el agujero.

La próxima escena vos estás melancólico y pensativo sentado en el balcón de mi casa (otra vez en Bs.As.). Yo me acerco para consolarte y con un cargo de consciencia terrible por lo que había hecho. Vos seguís callado. Y yo poco a poco transformo mi pensamiento de culposo, a pensar que en definitiva había hecho bien, que no era normal que estuvieras enamorado de esa cosa. Yo te digo eso, cada vez con más convicción, y casi me termino enojando con vos.


(sueño contado a mi amigo C. el 28 de marzo de 2001 desde París, las interpretaciones que hice de este sueño fueron muy variopintas, casi divertidas)

sábado, 7 de agosto de 2010

Haiku espontáneo

A veces me siento cínico.

Ayer a la madrugada lloré por él,

y hoy ya estoy tratando de borrar sus huellas.

Quizás lloré por mí.