Salimos hacia Quebec a las 10:30 hs. Almorzamos en el camino y llegamos a la ciudad a las 15 hs. Conseguimos para alojarnos una típica casa de la ciudad, antigua y de estilo europeo, completamente amueblada y con todo lo indispensable como para pasar unos días.
Por la tarde salimos a recorrer la ciudad. Se caracteriza por estar edificada en una colina, es decir que uno camina bajando y subiendo por diversas calles. Llegamos a una callejuela que se llama la calle de los bohemios. En ella los pintores exponen sus cuadros, acuarelas, aguas fuertes, óleos y pinturas modernas que son colocadas en los muros y la gente recorre y adquiere los trabajos.
Luego de cenar caminamos por la costa. Observamos el Château Frontenac, iluminadas sus torres de noche. Es un espectáculo maravilloso y toda la ciudad en sí también lo es. Por la explanada, hecha de tablones de madera, observamos la costa opuesta de la ciudad. Hay un ferryboat que cruza los coches por el río San Lorenzo de un lado al otro.
La costa se caracteriza porque el río San Lorenzo forma aquí una bahía amplísima que desemboca en el océano Atlántico. En el invierno toda la bahía se convierte en una pista de patinaje sobre hielo de un espesor de 1 1/2 mts.
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