miércoles, 22 de agosto de 2012

22 de agosto de 1969 (mi mamá en Disneylandia)

Pasamos el día entero visitando Disneyland, salimos de Los Ángeles con un boleto ida y vuelta a las 10 hs. Llegamos a Disneyland a las 11 hs. La distancia es bastante larga, entramos y sacamos un book de entradas (o sea 10) para diferentes juegos.

La llegada a la ciudad con el micro es impresionante porque se ve toda de frente con sus castillos, vías de tren y diversos juegos que de lejos fascinan.

La tierra de Disney está dividida en 6 secciones: Frontierland, New-Orléans Square, Adventureland, Fantasyland, Tomorrowland y Main Street U.S.A.

A la entrada está la estación de ferrocarril, es un tren que da una vuelta alrededor de toda Disneyland y se llama Santa Fé & Disneyland Railroad y por la calle principal hay varios negocitos de artículos varios. En fin, es imposible describir todas las cosas que se ven ahí dentro porque es imposible, desde sus juegos de aventuras submarinas, prehistóricos, castillos fabulosos, montañas, casas embrujadas, aventuras de indios, viajes a la Luna y por el infinito, paseos en barco y lejano oeste y sus maravillosos personajes de Walt Disney, barcos piratas, una excursión por el Gran Cañón del Colorado y sus tierras del mañana. Uno pasa las horas y las horas sin darse cuenta del tiempo y cuando menos lo piensa cae la noche.

Cambia todo de fisonomía y las luces dan otro aspecto a Disneyland, sus castillos y montañas iluminadas parecen salir de una película y a eso de las 21 hs. quedamos con la boca abierta cuando comienzan los fuegos artificiales, el cielo se viste de luces y con música es todo un espectáculo.

Realmente es imposible describir todo lo que se ve ahí adentro, dejamos la tierra de Walt Disney a las 22:30 hs. Recién entonces cuando subimos al micro que nos llevó de nuevo a la ciudad nos dimos cuenta de todo lo que habíamos caminado pero con la gran satisfacción de haber conocido esa magnífica tierra de fascinación.

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