domingo, 13 de junio de 2010

Amor y Muerte

Lo que escribí el 5 de marzo pareció premonitorio. Estoy en un momento muy particular de mi vida, intenso por donde se lo mire. De tristeza enorme y de felicidad inminente.

Por un lado mi mamá está peleándole a la muerte hora a hora. Es una lucha sin cuartel, cruel, que por momentos hace que mi mamá no parezca ser ella. Es tristísimo verla así, sufriendo mucho, sin saber si ese sufrimiento servirá para su recuperación.

Por otro lado este viernes se concretará el encuentro tan ansiado con B., la persona con la que hemos venido soñando juntos desde hace más de dos meses. Nos amamos a la distancia, el desafío será amarnos en la cercanía, en lo cotidiano. Yo creo que lo lograremos. Y lo que tanto anhelé se cumplirá.

5 comentarios:

Matías dijo...

y así será!
Yo nunca perdí las esperanzas de escucharlo así, y de leerlo así. Los que descreen de las maravillas del amor (del amor puro), es en definitiva, porque nunca lo sintieron.
Lo de su madre, es triste por supuesto, como le dije en alguna charla, siempre tenga preparada la mejor sonrisa para ella, eso definitivamente le hace bien, muy bien.
Un abrazo grande y mucha buena energía!

Alejandra. dijo...

Es la vida así de ambigua, la mezcla de sentimientos encontrados, la decripitud con los años, ¿quién pudiera saber los que nos toca mañana?...lo cierto que vivir hoy como el mejor de los días hace más fácil encontrar la alegría, y por qué no el amor? y aunque no sea eterno, recibirlo entregado a disfrutarlo a pleno.
Mucha Suerte Amigo!!!!!

Anónimo dijo...

Auch!!! quise escribir decrepitud....

Maestruli dijo...

¡Gracias Matías! Trato de ponerle la mejor sonrisa a mi mamá, pero por desgracia ella no puede verla ni sentirla en el estado en que está ahora.

Respecto al amor tengo toda la fé en esta historia. Pero bueno, sigo pensando que es una palabra muy grande... Prefiero ir paso a paso sobre lo seguro, para que esto siga creciendo y creciendo :-)

Maestruli dijo...

¡¡¡Bienvenida Alejandra a mi blog!!!

Muy cierto lo que decís. Hay que animarse a vivir, y tampoco embarullarse con esa cuestión del amor eterno, lo mejor es vivir día a día, como si fuera único.